Minería

La actividad minera en el país desempeña un papel fundamental en la economía, siendo una de las principales fuentes de ingresos gracias a las exportaciones de metales como cobre, plata, estaño, zinc, oro, entre otros. Sin embargo, esta industria enfrenta desafíos significativos en términos de impacto ambiental, tanto durante la operación como después del cierre de las minas.
Durante los procesos mineros, se generan diversos efluentes que pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente. Estos efluentes incluyen agua de relaves, drenajes ácidos y subproductos de los procesos de extracción y procesamiento. Su composición varía según el tipo de mineral y las actividades mineras, pero suelen caracterizarse por tener un pH bajo y contener metales pesados, sulfatos, cianuro, amoniaco, nitratos y sólidos suspendidos. Entre los tipos de efluentes más comunes se encuentran:

  • Drenaje ácido de minas: Se genera cuando los minerales entran en contacto con el agua, produciendo lixiviados ácidos con altas concentraciones de metales.
  • Amonio y nitrato: Los explosivos utilizados en la extracción de minerales pueden contener altas concentraciones de estos compuestos, que luego se liberan en el desagüe de la mina.
  • Agua de procesos: Se generan durante el procesamiento del mineral y la recuperación de metales, y pueden contener productos químicos como cianuro, ácido sulfúrico y ácido clorhídrico.
  • Procesamiento de mineral: La flotación de minerales puede resultar en un efluente con bajo pH, sólidos suspendidos y altas concentraciones de metales.
La industria minera, generalmente, vierten las aguas residuales a cuerpos de agua naturales, por lo que estas deben cumplir con los Límites Máximos Permisibles (LMP) para las actividades Minero-Metalúrgicas (DS 010-2010 MINAM). Además, contar con los permisos necesarios para disponerlos de esa forma. También pueden reutilizar sus aguas tratadas con tratamientos más avanzados.
En Flowen, nos enorgullece ofrecer soluciones compactas y eficientes para el tratamiento de aguas residuales ácidas. Nuestras Plantas de Tratamiento Modulares son ideales para espacios reducidos y están diseñadas para cumplir con las exigentes normativas ambientales.

Proceso de Tratamiento

El proceso de tratamiento comienza con la captación de las aguas ácidas de cada una de las áreas que conforman el proceso, posteriormente el efluente es enviado a un tratamiento preliminar, donde se acondiciona el efluente para las siguientes etapas, seguidamente de un tratamiento fisicoquímica para ajustar el pH y remover Sólidos Suspendidos Totales (SST) y finalmente un tratamiento terciario para remover los metales disueltos. Cabe destacar que para cada uno de estos tratamientos existen diferentes tecnologías aplicables según la composición del efluente a tratar.
Tren de tratamiento
Captación: Las aguas ácidas se captan por medio de tuberías, canales y canaletas recubiertas con geomembranas para evitar la infiltración.
Ecualización: Almacenamiento temporal en pozas o lagunas artificiales impermeabilizadas con geomembranas. En este paso, se homogenizan las concentraciones de contaminantes y se regulan las fluctuaciones de caudal para facilitar el tratamiento posterior.
Neutralización: Se añade cal (tanto cal viva como cal apagada) al agua ácida para elevar su pH por encima de 9. La cantidad de cal necesaria depende de la solubilidad de los metales presentes y se determina mediante análisis en las curvas de Pourbaix. Durante este proceso, se controla el pH utilizando sensores para garantizar una neutralización adecuada.
Coagulación/Floculación: Se adiciona coagulante para la desestabilización de cargas de los sólidos suspendidos y coloidales, asimismo para regular el pH se usa coagulantes de Fe o Al, se añade floculante para la aglomeración de flóculos para una rápida y eficiente sedimentación.
Sedimentador: Proceso en el cual los sólidos sedimentables son retirados del agua debido a su densidad y tamaño. Así mismo, se regula el pH para su estabilización. Los lodos producidos se recomienda reducir el volumen a través de un tanque de espesamiento y/o una deshidratación.

Concluida esta etapa el agua residual tratada cumple con las normativas de límites máximos permisibles (LMP) para las actividades minero-metalúrgicas, sin embargo, para que cumpla los estándares de calidad ambiental (ECA) y para un posible reúso se requiere un posterior tratamiento.
Osmosis Inversa: Las membranas de osmosis inversa permiten retener todo el material disuelto (metales, iones, etc.) generando un permeado de alta calidad. Los rechazos de las plantas de osmosis inversa debido a su composición son dispuestos como residuos peligrosos.
El tratamiento adecuado de los efluentes mineros es esencial para mitigar el impacto ambiental de la industria minera. Mediante soluciones innovadoras y eficientes, como las ofrecidas por Flowen, es posible cumplir con los estándares ambientales y garantizar un manejo sostenible de los recursos hídricos, protegiendo así el medio ambiente y las comunidades cercanas a las operaciones mineras

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